Hoy es mejor no enterarse de lo que pasa, mejor que llegue el día 23 sin darnos cuenta. Que no nos importe que sea domingo. Que asistamos a la remozada Bombonera con la piel de gallina de la emoción, seguros de haber recobrado la infancia al quedar deslumbrados por el verde luminoso del césped infernal. Que saludemos al ‘Ojitos’ con un “esta es tu casa” y que apoyemos con todo al equipo de Gallego.
Mejor no leer notas del proceso de preparación para no preocuparse haciendo conjeturas. Mejor contar los días que faltan para la Ida del Campeón de Campeones. Mejor esperar que ruede el balón.
De otro modo, habría que opinar a cerca de las declaraciones de Américo Gallego candidateandose, según la prensa argentina, para dirigir a la albiceleste. O habría que tomar partido en el caso de Sinha, molesto por no tener en claro si se va o se queda, ante los rumores de que interesa a un par de equipos en Europa, y Rafael Lebrija no aparece para aclarar la situación. Ya se fueron Pavel, Osorio y Salcido ¿qué pasará con nuestro Sinha? Aparezca y termine con la duda, Señor Lebrija.
Si los seguidores de los diablos no tuviésemos nada mejor que hacer en estos días y nos diese por pensar en nuestro equipo, podríamos ponernos a hacer conjeturas a cerca de si las lesiones de Da Silva, Marioni, De la Torre, Cruzalta y Morales permitirán al cuadro rojo estar a punto para la cita por el boleto a la Libertadores.
Si por la noche, después de recostarnos y antes de dormir, nos sobrara un momento para preocuparnos de algo y no encontráramos en qué ocuparlo; podríamos inquietarnos un poco por los resultados de los enfrentamientos de pretemporada de los Diablos; empates contra equipos de fuerzas inferiores y filiales, y derrotas contra los equipos de la categoría.
Pero no. Mejor dejar que el tiempo resuelva por sí sólo lo que a él compete resolver. Que el ‘Tolo’ nos diga que el Toluca es prioridad y que va andar bien en los tres torneos que enfrenta este semestre, y que nosotros confiemos en él.
Que Sinha se quede contento en Toluca, o que vaya a Europa si hay una mejor oportunidad, pero que acá llegue un mexicano capaz de llenar el lugar que dejaría nuestro diez. Que llegue Lebrija y nos diga que, como siempre, todo está bajo control.
Que todos nuestros muchachos estén a punto para el día 23 y luzcan contundentes desde el primer minuto ante Pachuca. Que Da Silva sea impasable, que Marioni meta tres goles, que De la Torre y Cruzalta vayan y vengan, haciendo suyos los costados, para que el domingo sea de fiesta roja.
Mejor pensar que en la pretemporada el resultado es lo de menos, que lo que importa es el desempeño del equipo, su acoplamiento, soltar los músculos y tomar ritmo. Mejor pensar que hay cuadro para todo lo que esta temporada toca enfrentar. Pensar que la contundencia que está faltando llegará justo a tiempo, ni antes ni después.
Mantengamos la cabeza en paz, demos voto de confianza a la directiva, cuerpo técnico y jugadores del club. La dura pretemporada en Los Cabos debe resultar provechosa. Mejor pensar positivo, soñar grande. Estar seguros que esta temporada, con ayuda de Dios, se la llevará el Diablo.