
Toluca terminó el sábado, en Veracruz, una semana perfecta. Enfrentó tres encuentros; uno en casa, dos fuera. No recibió gol y logró marcar cinco. Los dos enfrentamientos fuera del Nemesio Díez eran de liga, el que se jugó en casa, de Libertadores.
Para vencer a Tigres bastaron los primeros seis minutos, que resultaron muy afortunados. Ante Boca, Toluca fue sencillamente superior de inicio a fin. Así, dejo ir la oportunidad de golear a un ‘grande’ internacional. En Veracruz el juego fue sin duda el más trabado; ninguno quería perder, pero ninguno hizo mucho por ganar.
Gallego viajó a la guarida del Tiburón con la intención de descansar a varios jugadores, guardarlos para Boca; el mago Vicente Sánchez entre ellos. Los planes no resultaron como se habían presupuestado y hubo que echar mano de lo mejor del repertorio. El resultado llegó con una jugada de riñones del Amaury, que tuvo la semana de su vida.
Hoy Toluca puede estar un poco más tranquilo, aún está vivo en ambos torneos, pero sólo eso. Con esta semana no podemos echar las campanas al vuelo, es apenas un primer paso. La enseñanza suprema que debemos atender es que en una semana, para bien o para mal, puede cambiar todo.
Para vencer a Tigres bastaron los primeros seis minutos, que resultaron muy afortunados. Ante Boca, Toluca fue sencillamente superior de inicio a fin. Así, dejo ir la oportunidad de golear a un ‘grande’ internacional. En Veracruz el juego fue sin duda el más trabado; ninguno quería perder, pero ninguno hizo mucho por ganar.
Gallego viajó a la guarida del Tiburón con la intención de descansar a varios jugadores, guardarlos para Boca; el mago Vicente Sánchez entre ellos. Los planes no resultaron como se habían presupuestado y hubo que echar mano de lo mejor del repertorio. El resultado llegó con una jugada de riñones del Amaury, que tuvo la semana de su vida.
Hoy Toluca puede estar un poco más tranquilo, aún está vivo en ambos torneos, pero sólo eso. Con esta semana no podemos echar las campanas al vuelo, es apenas un primer paso. La enseñanza suprema que debemos atender es que en una semana, para bien o para mal, puede cambiar todo.
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